NO TE DEJES AGOBIAR POR LAS REDES SOCIALES
En el mundo actual nuestra vida digital es tan importante como la presencial, por lo tanto estamos viviendo en una sociedad en donde se ha hecho imposible vivir sin una identidad virtual. Dentro de esta sociedad tecnológica las redes sociales son parte de la cotidianidad de muchos, entrelazándose con todos los ámbitos de su diario vivir. Es de esperarse que algo que esta tan estrechamente relacionado con la cotidianidad de las personas las afecte en su ámbito psico-emocional; después de todo la salud mental de las personas depende de los factores a los que están expuestos en su día a día. Si no se manejan las redes sociales teniendo plena conciencia del impacto que estas pueden tener en nuestro bienestar emocional, psicológico y social, se estará permitiendo el detrimento de nuestra salud mental.
En el presente escrito mostraré a través de problemáticas específicas que sí hay aspectos de las redes sociales que generan un impacto negativo en las personas, especialmente en los más jóvenes. La dinámica de muchas de estas redes sociales gira entorno a imágenes y videos; esto abre paso a nuestra primera problemática, el desarrollo de baja autoestima y ansiedad frente a los estándares establecidos en las redes.
Cuando hablamos de estándares establecidos en las redes estamos refiriéndonos a como implícitamente se crean imágenes de lo que es normal y esperado a partir de lo que es mostrado a través de fotos y videos; se crea un imaginario de cómo es la vida de las personas a nuestro alrededor a partir de las cosas que publican. Las personas planifican y alteran sus publicaciones para mostrar únicamente el mejor lado de sí mismas, esto implica su apariencia, relaciones, estado de ánimo y situación económica; todo es mostrado de una manera que haga ver a las personas como una versión perfecta de quienes realmente son. El impacto negativo se presenta cuando nosotros entramos a las redes sociales como Instagram, Facebook, entre otras y empezamos a comparar nuestra vida con la de las personas que vemos, claramente nos sentiremos inferiores ante tal imagen de perfección y nos pensaremos insuficientes al no alcanzar los estándares creados en estas redes; esto básicamente es lo que conocemos como baja autoestima. Dado que todos los ámbitos de la salud mental están estrechamente relacionados entre sí, esta baja autoestima no será un problema aislado sino que desencadenara otros problemas además de la mayormente conocida depresión; uno de estos otros siendo la ansiedad. Explicado en palabras de una psicóloga, la relación causal entre la baja autoestima y la ansiedad se fundamenta en:
“Dudar de nosotros mismos, alimentar un diálogo negativo donde el autoboicoteo es constante, va edificando poco a poco la cárcel de la ansiedad. Es el resultado de esa inseguridad que oxida la vida y que deriva casi sin que nos demos cuenta en angustia e inquietud” (Valeria Sabater, 2019)
Y no solo se trata de lo que vemos en las redes sociales, el hecho en sí de revisar las redes trae consigo motivos para que se deteriore la imagen que tenemos de nosotros mismos. Se está hablando de un sentimiento de culpa que es provocado por pasar tiempo de ocio en el internet en lugar de hacer algo que pueda ser considerado más productivo. Aplicaciones como Instagram, TikTok y YouTube están diseñadas para capturar tu interés y que pierdas la noción del tiempo al usarlas, esto provoca que no logremos cumplir con todos los deberes que teníamos previsto en el tiempo dado; de hecho según un informe de We are social el promedio de tiempo diario dedicado a las redes sociales es de 2 horas y 24 minutos ¿Quién no se sentiría mal sabiendo que perdió más de dos horas del día? Es más, ya existen estudios al respecto; la revista ElPaís (2015) nos presenta un estudio realizado a 700 alumnos de secundaria en Ottawa el cual dio como resultado que aquellos adolescentes con problemas de salud mental o más propensos a padecerlos en un futuro eran aquellos que hacían uso de las redes sociales durante más tiempo al día.
Teniendo en cuenta lo anterior, no es de sorprender que una de las problemáticas que las redes sociales presentan a nuestra salud mental esté relacionada con la falta de sueño. Pasar tanto tiempo en las redes sociales no solo nos hace sentir culpables por desaprovechar el tiempo, nos hace sufrir las consecuencias directas de la perdida de ese tiempo; como es de conocimiento general, existe una estrecha relación entre nuestra salud mental y la cantidad de tiempo que dormimos en las noches. El doctor Heather Cleland Wood se centró en esta relación entre el sueño y la salud mental al momento de investigar el impacto negativo de las redes sociales en los jóvenes, él realizó un estudio en 450 adolescentes encuestándolos sobre su uso de las redes sociales en las noches y realizándoles un análisis de calidad del sueño, el estudio reveló que los estudiantes que hacían uso de las redes durante la noche tenían mala calidad de sueño y mayores niveles de ansiedad y depresión.
En conclusión las redes sociales pueden ser el detonante de una serie de afectaciones a nuestro bienestar y tranquilidad mental. Si queremos mantener estas problemáticas a raya debemos hacer un uso más consiente y responsable de las aplicaciones en las que pasamos el tiempo; debemos entender que las publicaciones que vemos en las redes no son un reflejo directo de la realidad y por lo tanto no debemos compararnos con lo que ahí vemos, también debemos de mantener un límite prudente en la cantidad de tiempo que pasamos en ellas y asegurarnos de que no representen un motivo para perder tiempo de sueño y descanso. Depende de nosotros cuidar de nuestra salud mental y protegerla conociendo los riesgos a los que nos exponemos al usar las redes sociales, es cuestión de prevención y regulación al momento de hacer algo de lo que solemos disfrutar y que hacemos a diario.
Valentina Ocampo –Egresada 2021